¿Vale la Pena Usar Tailwind CSS en Proyectos Grandes?

Tailwind CSS ha conquistado a miles de desarrolladores por su enfoque utility-first y su promesa de agilidad, pero ¿es la solución ideal para proyectos ambiciosos?

El debate está más vigente que nunca: mientras algunos abrazan la velocidad de prototipado de Tailwind, otros (sobre todo en grandes equipos y empresas) lanzan duras críticas por los problemas de escalabilidad y mantenimiento que acarrea. ¿Es Tailwind el CSS definitivo o un obstáculo disfrazado de eficiencia?

1. La barrera de los selectores avanzados: una debilidad ignorada

Uno de los problemas más señalados es que Tailwind bloquea, de facto, el uso de selectores avanzados del CSS tradicional, como los de hermanos (~) e hijos directos (>). Esto, que parece menor en sitios pequeños, se convierte en una pesadilla para grandes equipos:

  • Obliga a duplicar clases utilitarias en infinidad de elementos para conseguir una interacción o diseño complejo.
  • Desaparece la posibilidad de ajustar, de forma global, estilos de “todos los hijos” o “todos los hermanos” con una sola línea de CSS, forzando a tocar decenas (o cientos) de archivos para un solo cambio.

Ejemplo real: Supón que decides cambiar la separación entre tarjetas dentro de una grilla. Si usaste selectores tipo .container > .card, es inmediato. En Tailwind, es reescribir cada clase en cada componente.

2. Límites incómodos: valores predeterminados y configuración adicional

El diseño modular de Tailwind, basado en una lista finita de utilidades preestablecidas, suele chocar con los requerimientos de interfaces elaboradas.

  • Componentes con z-index, width, height, etc.: Suelen necesitar valores fuera del rango prediseñado por Tailwind, empujando a los equipos a rellenar el archivo de configuración o usar clases absurdamente específicas.
  • Esto rompe la promesa de coherencia visual y homogeneidad: cada desarrollador termina ‘hackeando’ Tailwind con valores arbitrarios, justo lo que la filosofía utility-first intenta evitar.

¿La alternativa? Una dolorosa mezcla de utilidades custom, plugins o sobrescribir el archivo tailwind.config.js hasta lo irreconocible.

3. Repetición, fragmentación y pesadilla de mantenimiento

En proyectos grandes, la falta de abstracción y las utilidades pegadas en cada elemento generan:

  • Grandes cantidades de código repetitivo.
  • Desincronización estética, pues diferentes equipos resuelven el mismo problema visual de maneras distintas.
  • Dificultad para realizar cambios globales, ya que el código deja de ser DRY (Don’t Repeat Yourself) y se vuelve WET (Write Everything Twice… or more).

El resultado es una deuda técnica creciente y un dolor de cabeza al intentar mantener y escalar el proyecto.

4. Bundle pesado y rendimiento en crisis

Muchos defienden a Tailwind argumentando que el bundle final es optimizado y “tree-shakeado”. Sin embargo, la realidad en entornos empresariales es otra:

  • Las grandes bases de código con cientos de páginas y componentes generan bundles CSS enormes, especialmente cuando se abusa de clases utilitarias poco frecuentes o se extiende la configuración.
  • El peso extra deteriora el rendimiento general del sitio, afectando el tiempo de carga y, en consecuencia, el SEO y la experiencia de usuario.

5. Herramientas, plugins y extensiones: ¿Solución real o parche temporal?

Tailwind dispone de plugins y herramientas para aliviar sus carencias, pero:

  • La configuración compleja añade fricción y curva de aprendizaje.
  • En equipos grandes, la heterogeneidad de enfoques complica el onboarding y provoca discordancia entre estilos.
  • Los requisitos de desarrollo moderno (temas dinámicos, internacionalización, adaptabilidad a dispositivos o estados complejos) suelen obligar a mezclar código utilitario con CSS tradicional, volviendo el stack un Frankenstein difícil de mantener.

6. ¿Y si el proyecto sí es pequeño o mediano?

¡Aquí sí encaja! Para soluciones rápidas, prototipos, o sitios personales, Tailwind brilla:

  • El autocompletado en IDEs y la visualización instantánea de cambios aceleran el flujo de desarrollo.
  • La curva de aprendizaje es baja – ideal para equipos pequeños y freelancers.

Aun así, cuando el producto crece, estas ventajas se diluyen ante los problemas mencionados.

7. La visión crítica de los desarrolladores experimentados

No es solo una moda contestataria. Muchos desarrolladores con experiencia en proyectos empresariales lo tienen claro: el precio en términos de escalabilidad y mantenibilidad es demasiado alto como para recomendar Tailwind “sin reservas” en grandes equipos.

Reflexión final: Elegir con criterio, no por tendencia

Tailwind no es intrínsecamente malo, pero tampoco la bala de plata que muchos prometen. Su mentalidad utility-first, lejos de resolver todos los problemas de CSS, puede amplificarlos en proyectos complejos y duraderos. Como siempre en tecnología, la herramienta correcta depende del contexto… y lo que funciona en un MVP puede ser un ancla en producción masiva.

Tailwind CSS ofrece velocidad y practicidad en pequeños proyectos, pero presenta límites serios en escalabilidad y mantenimiento en grandes equipos. Seleccionarlo por moda puede complicar la gestión del código y el rendimiento del sitio. Antes de adoptar Tailwind, es imprescindible analizar las verdaderas necesidades y el contexto del desarrollo.