Red Hat presentó la décima versión de su sistema operativo, enfocándose en dos grandes prioridades empresariales: inteligencia artificial y seguridad. El nuevo asistente AI, llamado Lightspeed, funciona desde la propia línea de comandos. Este guía a los administradores resolviendo dudas técnicas y ayudando, sin importar el nivel de experiencia.
En seguridad, RHEL 10 destaca como la primera distribución empresarial en cumplir con estándares de criptografía post-cuántica avalados por FIPS. Esto refuerza la protección de datos frente a amenazas actuales y futuras. Se suman mejoras en TLS y OpenSSH, ahora con configuraciones más estrictas.
Red Hat también facilita la gestión gracias al modo ‘Image’. El sistema se puede construir y administrar como un contenedor, lo que garantiza entornos consistentes, minimizando errores y vulnerabilidades. Estas mejoras son clave en infraestructuras híbridas y en la nube, donde las empresas operan simultáneamente en servidores locales y plataformas cloud.
La estabilidad tampoco se queda atrás. Red Hat mantiene su compromiso de soporte a largo plazo, asegurando actualizaciones en sectores donde caer no es opción, como banca y telecomunicaciones. Además, han añadido nuevas herramientas para redes, almacenamiento y virtualización, preparadas tanto para Linux como para sistemas Windows.
RHEL 10 marca un avance en Linux empresarial, combinando IA, seguridad y gestión moderna.