
Después de casi 40 años, Microsoft despide su icónica Pantalla Azul de la Muerte (BSOD) para dar paso a una Pantalla Negra de la Muerte en Windows 11. Este cambio, anunciado como parte de la actualización 24H2, busca modernizar la experiencia de usuario y mejorar la resiliencia del sistema operativo tras incidentes como el fallo global de CrowdStrike en 2024. Según Microsoft, la nueva pantalla negra será más clara, simplificada y alineada con el diseño minimalista de Windows 11.
La BSOD, introducida en 1985, ha sido un símbolo de fallos del sistema, reconocible por su fondo azul y códigos de error crípticos. La nueva versión elimina el emoticono triste y el código QR, mostrando solo el código de error y el controlador defectuoso. Este diseño simplificado facilita a los administradores de TI identificar problemas sin necesidad de herramientas de depuración avanzadas. Además, se implementará junto con la función Quick Machine Recovery (QMR), que acelera la restauración de equipos que no pueden arrancar.
El cambio no es la primera variación de la BSOD. Hace años, Microsoft probó una pantalla verde para versiones de prueba de Windows Insider, pero volvió al azul por consistencia. Ahora, la pantalla negra llega como parte de la Windows Resiliency Initiative, que busca minimizar tiempos de inactividad y mejorar la experiencia tras fallos críticos.
Este rediseño ha generado reacciones mixtas. Para algunos, la BSOD es parte de la identidad de Windows, y su cambio a negro puede sentirse menos icónico. Sin embargo, la simplificación y la integración con el diseño de Windows 11 podrían reducir la frustración de los usuarios al enfrentar errores. La actualización se espera para el verano de 2025, probablemente antes de agosto o septiembre.
Microsoft también responde a las críticas tras el incidente de CrowdStrike, que afectó a millones de dispositivos. La nueva pantalla negra busca diferenciar errores de Windows de fallos de terceros, mejorando la claridad para los usuarios técnicos. Aunque el acrónimo BSOD se mantiene, el cambio de color marca el fin de una era para un ícono tecnológico que ha acompañado a generaciones de usuarios.