Intel recorta empleos y cancela megafábrica en Europa

El mapa global de la industria de semiconductores acaba de cambiar radicalmente. Intel, el gigante estadounidense de los microprocesadores, ha anunciado en 2025 una de sus transformaciones más agresivas de las últimas décadas. El plan incluye la cancelación de su esperada megafábrica de chips en Alemania, el despido de cerca de 24,000 trabajadores a nivel mundial —casi una cuarta parte de su plantilla— y el cierre parcial de operaciones en Europa y América Latina. ¿Qué motiva estos movimientos? ¿Cómo impacta esto a la competencia, a los empleados y a la cadena global de semiconductores?

El fin de la expansión europea: Alemania y Polonia pierden la apuesta

La megafábrica de Magdeburgo, en Alemania, era la gran apuesta de Intel para concentrar parte de la producción mundial de chips en suelo europeo. Este proyecto, anunciado con bombos y platillos tras la crisis de suministros vivida en años pasados, prometía no solo impulsar el empleo en Europa sino ayudar a disminuir la dependencia de Asia en la fabricación de semiconductores.

Pero los números no cerraron: las condiciones económicas cambiaron, los incentivos estatales no fueron suficientes y la presión por optimizar costos y mejorar rentabilidad forzaron la cancelación definitiva de la obra. Polonia, que tenía en el horizonte un centro de investigación e ingeniería vinculado a Intel, también verá cómo se esfumaban estas inversiones.

Despidos masivos: un cuarto de la fuerza laboral fuera

El dato más crudo es el ajuste de personal. Alrededor de 24,000 empleados en todo el mundo recibirán notificación de despido en 2025, cifra que representa casi el 25% de la fuerza laboral global de Intel. El objetivo es claro: reducir drásticamente los gastos operativos y devolver a la empresa una rentabilidad y agilidad que, según muchos analistas, perdió frente a una competencia cada vez más agresiva.

  • Cierre de plantas estratégicas: La planta de ensamble y pruebas de Costa Rica dejará de funcionar, ∼800 trabajadores quedarán fuera y sus labores migrarán directamente a centros en Malasia y Vietnam, localizaciones con menores costes de operación.
  • Ralentización en EE.UU.: Hasta la gran fábrica en construcción de Ohio verá frenada su expansión, reflejo de una reducción global de capacidad productiva para ajustar la oferta a la demanda real.

Liderazgo y estrategia bajo nueva dirección

El artífice de esta reestructuración es Lip-Bu Tan, que asumió el timón en marzo de 2025 como CEO. Su diagnóstico es tajante: Intel estaba dispersando recursos en demasiadas geografías y proyectos paralelos, perdiendo eficiencia y competitividad frente a rivales como AMD, Nvidia y especialmente TSMC, el coloso taiwanés.

El nuevo enfoque es más conservador pero apunta a ganar solidez financiera: concentración de la producción en Asia —principalmente Malasia y Vietnam—, recorte de personal superfluo y revisión de inversiones futuras. El objetivo, dice Tan, es llegar a una operación más ágil y menos dependiente de subsidios gubernamentales europeos o estadounidenses.

El impacto en la competencia y los países afectados

Esta reestructuración global sacude no solo a Intel sino a toda la industria. Mientras AMD y Nvidia siguen sumando cuota de mercado en segmentos clave de procesadores y GPU, y mientras TSMC aprovechó la debilidad reciente de los mercados estadounidenses y europeos, Intel limita su capacidad de reaccionar globalmente.

La fortaleza de la competencia se asienta en la expansión y la capacidad de innovar sin grandes tropiezos, algo que Intel, con estos recortes, buscará compensar con eficiencia operativa.

Por otro lado, el cierre de plantas y cancelación de proyectos como el de Costa Rica y Europa suponen un golpe a economías locales que apostaban fuerte por el sector de semiconductores para diversificar y potenciar su industria. En el caso costarricense, la planta de ensamble y pruebas de Intel había sido clave desde su instalación hace años; la pérdida de 800 empleos directos tendrá efectos en la economía nacional y en la cadena de valor de la tecnología local.

El futuro de la industria: más concentración, más competencia

Los analistas ven estos movimientos como una clara señal de que el sector entra en una fase de concentración.

  • Asia reafirma su dominio en la producción mundial de semiconductores, relegando a Europa y América Latina a roles secundarios.
  • La competencia se intensifica en segmentos de alto valor como IA, computación en la nube y dispositivos móviles, donde Intel, aunque líder histórico, ha perdido tracción durante la última década.

¿Qué significa esto para la industria y el consumidor?

La cancelación de la megafábrica alemana y los despidos masivos pueden abrir grietas en la cadena mundial de semiconductores, aumentando la dependencia de un puñado de países asiáticos (con los riesgos que implica para la seguridad de la cadena de suministro). Para los consumidores, el efecto podría sentirse en mayores precios, menos diversidad de productos y menor capacidad de respuesta a crisis futuras, como ya se vio durante la pandemia.

Desde la perspectiva estratégica, Intel busca sobrevivir, priorizando la rentabilidad y el control: una apuesta arriesgada en tiempos donde la innovación y el alcance global suelen premiarse.

Reflexión final

Estos ajustes son, sin duda, una declaración de que Intel prefiere asegurar el negocio base antes que arriesgar con expansiones costosas y dispersas. Esta reconfiguración reescribirá tanto el mapa laboral como la geopolítica de la fabricación de chips. Intel inicia una nueva etapa, más selectiva y enfocada, pero el tiempo dirá si esta estrategia le permite retomar su liderazgo histórico o si se traduce en el inicio de una era más oscura para la compañía.

Intel inicia un cambio de rumbo significativo, apostando por la eficiencia y concentración en Asia como respuesta a las presiones económicas y la competencia feroz. El impacto global es innegable: afectará trabajadores, países y el equilibrio de la industria de semiconductores. La pregunta clave es si esta nueva estrategia devolverá a Intel su lugar en la cima.