Durante los primeros meses de este año, Chile ya enfrenta más de 1.084.000 ciberataques, posicionándose como el segundo país más afectado en Sudamérica, solo detrás de Brasil. Esto equivale a casi el 8% de los incidentes en la región, un dato que pone en alerta tanto a empresas como a organismos públicos.
Los ciberdelincuentes apuntan especialmente a las telecomunicaciones y los servicios financieros, sectores que absorben dos tercios de los ataques. Aquí el ransomware se hace notar, representando el 38% de las amenazas detectadas. Dentro de los responsables figuran tanto bandas internacionales como grupos de origen chino, además de eventos protagonizados por el grupo RansomHUB.
La rapidez con la que Chile ha adoptado tecnologías digitales y la falta de parches oportunos en diversos sistemas han facilitado la labor de los atacantes. Cada organización, en promedio, lidia con casi 2.000 ataques por semana, una cifra que supera el promedio global.
La situación se complica con la entrada en escena de la inteligencia artificial: ahora los delincuentes pueden ejecutar ofensivas más autónomas y dinámicas, haciendo aún más difícil la tarea de defensa, especialmente para las pymes. De hecho, más del 70% de estas pequeñas y medianas empresas carecen de medidas de seguridad adecuadas.
El informe aconseja reforzar las estrategias de protección digital con modelos de confianza cero, autenticación multifactor y una vigilancia permanente para anticiparse a estos riesgos, que crecen tanto en número como en sofisticación.
El desafío de la ciberseguridad en Chile exige acción inmediata. Sin medidas firmes, la amenaza solo seguirá creciendo.