La IA genera y depura código real en React y CSS
Probar Grok 4 implica un proceso técnico pero claro: instalar Qwen CLI, conectar el modelo vía OpenRouter y configurarlo en el entorno local. El primer impacto llega con aplicaciones reales. En una prueba con Svelte 5, Grok 4 se midió frente a otros modelos destacados, como Claude y kimi, sobresaliendo en tareas complejas.
Su punto fuerte está en la generación de código estructurado —modular y escalable— y especial atención al depurado. Puede reproducir errores, buscar información en tiempo real y explicar cada línea, incluso en proyectos con herramientas y APIs recién lanzadas. Esto ayuda a que los desarrolladores comprendan y documenten mejor su trabajo, en términos accesibles.
Una de las funciones más avanzadas es el modo “Heavy”, basado en razonamiento multiagente. Así, Grok 4 puede planificar arquitecturas, optimizar rendimiento y resolver desafíos algorítmicos con profundidad y autonomía, superando estándares de inteligencia artificial general en benchmarks técnicos.
¿En qué falla? A veces es más lento o muestra bugs en sus primeras respuestas. Sin embargo, su capacidad supera claramente a asistentes populares como GitHub Copilot o ChatGPT, sobre todo cuando se requiere depuración profunda y desarrollo full-stack.
Por ahora, Grok 4 no está completamente abierto al público ni con todas sus opciones, pero marca una hoja de ruta para herramientas de programación mucho más inteligentes y centradas en el frontend.
Grok 4 muestra el futuro de los asistentes de código. Aunque aún evoluciona, su potencial ya es imposible de ignorar.