La alarma saltó cuando un gerente de ventas en Malasia detectó precios demasiado bajos en discos duros de alta capacidad. Seagate, al investigar, descubrió que algo andaba mal.
Los discos no eran nuevos. Usados previamente, sus lecturas SMART habían sido restablecidas, los reacondicionaban, les cambiaban etiquetas y los reempaquetaban para venderlos como si salieran recién de fábrica.
Una redada en un almacén cerca de Kuala Lumpur permitió capturar a seis implicados y recuperar cientos de estos discos duros. Algunos habían sido incluso alterados para aparentar ser modelos más potentes, especialmente destinados a videovigilancia.
Seagate sospecha que la cadena comienza en China. Ya venían investigando el flujo de este tipo de productos reciclados. Por eso, la colaboración con la policía local fue clave para identificar a los operarios, quienes recibían bajos salarios y solo ejecutaban órdenes.
Este tipo de fraude no solo daña la confianza de quienes buscan productos nuevos, sino que también contamina los mercados digitales. La evidencia recuperada permitirá a Seagate y las autoridades seguir rastreando los verdaderos responsables detrás de la operación.
La investigación sigue en curso y apunta a implicados mayores fuera de Malasia.