Radiador de BMW enfría un Threadripper al límite

Cuando la potencia del hardware supera los límites convencionales, la creatividad se convierte en el mejor aliado de los entusiastas. Así lo demostró un apasionado del overclocking, quien llevó el AMD Ryzen Threadripper PRO 9995WX hasta donde nunca antes había llegado, utilizando un radiador de automóvil BMW M4 como corazón de su sistema de refrigeración. ¿El resultado? Todos los núcleos de este monstruo de 96 cores estables a 4,9 GHz. En este artículo te contamos los detalles detrás de esta gesta tecnológica, su impacto en la refrigeración extrema y cómo la ingeniería automotriz puede inspirar al mundo del PC.

El Ryzen Threadripper PRO 9995WX: fuerza bruta y reto térmico
El Ryzen Threadripper PRO 9995WX representa el pináculo del procesamiento de escritorio profesional. Con 96 núcleos y 192 hilos, está diseñado para cargas de trabajo que demandan potencia bruta: renderización 3D, simulaciones científicas o edición de video 8K simultánea. Sin embargo, tanta capacidad viene acompañada de un desafío titánico: el consumo energético y la disipación de calor.

Durante prácticas de overclocking, este coloso puede llegar a consumir más de 1000W, cifras que superan ampliamente la capacidad térmica que los sistemas de refrigeración AIO tradicionales pueden manejar.

Insuficiencia de los sistemas AIO frente al calor extremo
Los sistemas de refrigeración líquida ‘todo en uno’ de 360 mm reinan entre gamers y entusiastas mainstream. Son prácticos, potentes y relativamente silenciosos. No obstante, incluso las mejores soluciones AIO palidecen frente al calor que genera un Threadripper 9995WX a ritmos cercanos a los 5 GHz. Sus dimensiones y capacidad para mover líquido refrigerante simplemente no están pensadas para semejantes demandas térmicas.

En la práctica, esto significa que, tras unos minutos bajo cargas pesadas, las temperaturas se disparan, forzando al procesador a reducir frecuencias o, peor aún, alcanzando límites críticos.

Radiador BMW M4: de las pistas al gabinete
La gran idea de este proyecto nace en el universo de la automoción. El radiador de un BMW M4 —con unas dimensiones de 600 x 350 mm— es aproximadamente cinco veces más grande que una AIO de 360 mm. Su superficie masiva permite una disipación térmica mucho más eficiente, absorbiendo y liberando el calor extremo que provoca este tipo de CPUs.

No contento con usar solo el radiador, el creador del proyecto también recurrió a ventiladores de automoción del Toyota Highlander para maximizar el flujo y mantener esa filosofía “100% car parts”. El resultado es una tasa de transferencia de calor apabullante y la capacidad de mantener el sistema estable, incluso bajo cargas bestiales.

De la teoría a la práctica: el overclock que desafía lo imposible
Gracias a este ensamble de piezas automotrices, el Ryzen Threadripper PRO 9995WX pudo sostener 4,9 GHz en los 96 núcleos de forma estable. Esta hazaña era impensable con refrigeración estándar, que normalmente vería throttling récord o, en el peor escenario, apagados por temperatura.

El radiador no solo permite disipar muchísimo más calor, sino que también posibilita el uso de mayores volúmenes de líquido y flujos robustos, atacando los llamados “hot spots” del procesador. El sistema logró, además, ser lo suficientemente eficiente como para mantener temperaturas de operación seguras, abriendo la puerta a nuevos récords y benchmarks.

Impulso a la evolución de la refrigeración en PCs de alto rendimiento

  • Este experimento pone en evidencia los límites de la refrigeración tradicional en CPUs de gama extrema.
  • Demuestra que, cuando el hardware demanda más de lo que la industria puede suministrar, la ingeniería personalizada y la creatividad toman la posta.
  • La capacidad de los radiadores automotrices para manejar grandes volúmenes de calor inspira un debate sobre futuros diseños de hardware y soluciones profesionales de refrigeración líquida.
  • Más allá de benchmarks y récords, este enfoque invita a repensar la integración entre tecnologías de diferentes industrias.

¿El futuro está en las “modificaciones automotrices” para PCs?
No todos los usuarios necesitan este tipo de soluciones. Para la mayoría, los AIO de 360 mm o incluso sistemas custom watercooling son más que suficientes. Pero este caso da pistas de cómo los entusiastas extremos y profesionales pueden estirar las capacidades de sus equipos, explorando más allá de lo habitual.

De forma novedosa, el proyecto también deja claro que no todo lo que brilla es RGB: a veces, lo más eficiente está en tecnologías que llevamos usando décadas, simplemente bajo otra aplicación.

Conclusión: creatividad, pasión y rendimiento sin límites
Este experimento con el BMW M4 y el Ryzen Threadripper PRO 9995WX es claro ejemplo de cómo la ingeniería y la pasión pueden llevar el hardware a romper sus propios límites. ¿Cuál será el próximo crossover entre el mundo del automóvil y el PC de alto rendimiento? El tiempo —y la creatividad— lo dirán.

La unión entre componentes de automoción y hardware de PC ha demostrado ser una solución eficaz para la disipación extrema de calor. Este ejemplo con un radiador BMW M4 revela que la creatividad y la ingeniería personalizada pueden superar ampliamente los límites de la refrigeración tradicional en la informática de alto rendimiento.